Programa de Tumores Cerebrales

No, existen diferentes tipos de tumores del encéfalo y la médula espinal, como, por ejemplo:

• Tumores astrocíticos
• Tumores oligodendrogliales
• Tumores ependimarios
• Meduloblastomas/PNET
• Tumores del parénquima pineal
• Tumores meníngeos
• Tumores de células germinales 
• Linfomas primarios cerebrales
• Tumores de base de cráneo (tumores de hipófisis, craneofaringiomas, neurinomas…)

Después de los tumores meníngeos  (meningiomas) los gliomas son el tumor primario más frecuente en adultos, y comprenden diferentes subtipos (véase astrocitomas u oligodendrogliomas). 

​Podemos distinguir dos grandes grupos de gliomas, los denominados gliomas de bajo grado y los gliomas de alto grado.  Los gliomas de bajo grado crecen lentamente y ejercen presión en las áreas cercanas del encéfalo. Muy raramente diseminan a otros tejidos, pero con frecuencia pueden volver a crecer. Los gliomas de alto grado o malignos por el contrario tienden a crecer rápido y pueden diseminarse a otras zonas cercanas del cerebro.

​El tratamiento inicial de estos tumores es la cirugía. El neurocirujano valorará riesgos y beneficios, y planteará la máxima cirugía posible con el menor riesgo de déficits neurológicos. Posteriormente, tras analizar las características del tumor, si se confirma que es un glioma de bajo grado, si usted es menor de 40 años o la cirugía ha podido extirpar completamente el tumor, no será necesario realizar más tratamientos postoperatorios. Si, por el contrario, la cirugía no ha podido ser completa o es mayor de 40 años, en la mayoría de las ocasiones será recomendado realizar tratamiento con radioterapia y en ocasiones con quimioterapia, posterior a la intervención. 

​El abordaje inicial de los gliomas de alto grado, o gliomas malignos, consiste en una intervención quirúrgica, con el objetivo de extirpar la mayor parte del tumor posible sin ocasionar déficits neurológicos y de esta manera poder obtener además tejido que permita confirmar la naturaleza tumoral de la lesión hallada en el estudio de imagen (normalmente una resonancia) así como identificar las características patológicas y moleculares del tumor.  Posteriormente, según las características del tumor, en la mayoría de los casos será necesario realizar tratamiento complementario con radioterapia y quimioterapia, independientemente de que se haya podido resecar completamente el tumor cerebral. 

​Se trata de un grupo de profesionales dedicados a ofrecer el mejor estudio de los tumores cerebrales y establecer el plan de tratamiento necesario para cada paciente. Los comités están coordinados por un neurocirujano y oncólogo médico, en su papel de ‘tutores’ que acompañan al paciente en las diversas fases de diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Integran este comité además profesional de Oncología Radioterápica, Neurología, Neuropsicología, Neuroradiología, y Anatomía Patológica-Biología Molecular.